Las estrellas del PGA Tour se presentaron en un torneo importante por primera vez en este año: el Pebble Beach Pro-Am.
Por ende, una estrella debía culminar en lo más alto, y ese fue el caso de Rory McIlroy.. El norirlandés cerró su fin de semana con una ronda de 66 golpes, para un acumulado de 21 debajo del par, con dos de ventaja sobre su compatriota, Shane Lowry.
Esto significa la victoria 27 en la carrera de McIlroy, lo que lo pone como el número 21 en la historia del golf; Rory espera que esto lo catapulte para romper su racha de once años sin un título de major.
“Poder ganar en uno de esos lugares icónicos es increíble. Esta semana es una prueba muy diferente a lo que normalmente se esperaría en un US Open, así que debemos tomarlo con una pizca de sal. Finalmente siento que mi juego puede viajar a cualquier tipo de campo de golf en cualquier condición y en cualquier configuración, siento que soy un golfista muy completo y puedo adaptarme a cualquier cosa a la que necesite adaptarme. Pude demostrarlo este fin de semana, especialmente ayer con esas condiciones”.